SANDRA REYES NO SE DESVINCULA DE LA MALDICIÓN DE PEDRO, EL ESCAMOSO. LOS DÍAS CRUDOS DETRÁS DE LA FAMA

Bien dice un refrán que hay personas que nacen con estrellas y otros nacen estrellados. Dicha frase podría aplicarse, sin ánimos de generar polémica, a los actores como Sandra Reyes y Miguel Varoni. Ambos participaron en la novela Pedro, el escamoso (2001) que se estrenó por la pantalla de Caracol Televisión. La diva interpretó a la doctora Paula Dávila, mientras que el galán hizo lo propio con Pedro Coral Tavera. Su química fue evidente: se convirtieron en la pareja más quería del público. 

Durante las grabaciones de la novela Pedro, el escamoso tuvieron una buena relación entre ellos; el profesionalismo, la cordialidad, la entrega en el set de grabación prevaleció en esta pareja de la pantalla chica. Aunque se les vinculó sentimentalmente, ambos intérpretes desmintieron un supuesto amorío. Lo cierto, es que en la vida real tienen vidas diferentes; que rayan en una brecha significativa. Por un lado, a Sandra Reyes le costó surgir pese al éxito. A Miguel Varoni la suerte lo acompañó siempre.

Podría decirse que, Sandra Reyes, quien dio su salto a la fama en la novela Clase Aparte, no se puede desligar de la maldición de Pedro, el escamoso. Si bien tuvo actuaciones importantes como en El Cartel de los Sapos (2008) tras esta producción, le fue rudo encontrar la estabilidad en la industria de la actuación en Colombia. En una entrevista con el medio Las 2 Orillas la artista expresó que no tiene empleo; la pandemia por el Covid-19 la fundió. Incluso, antes de esta emergencia sanitaria en el mundo ya venía en crisis.

Contrario, le sucedió a Miguel Varoni, de 56 años, esposo de Catherine Siachoque. Después de alcanzar el éxito como El Pirulino decidió emigrar hasta los Estados Unidos, específicamente a Miami. Ingresó a las filas de Telemundo como actor. Más adelante, se ganó el puesto de vicepresidente y director creativo del canal. En este sentido, Sandra Reyes lanzó un par de reclamos: el primero, que siempre existió una brecha salarial entre los hombres y las mujeres. La segunda, que los canales de televisión no pagan las regalías por los reencauches.